Uno de los antepasados más interesantes de mi familia paterna es José Borda Gozálvez, patriarca de la familia Borda Gozálvez. Casado con su prima Leonor Gozálvez Montenegro, fue el padre de mi bisabuela, María Angélica Borda (1895), además de Arturo (1883?), María Enna (1885, que aparece como Henna en algunos registros), Héctor (1889), María Andina (1892) y Victoria de La Paz (1899).
José Borda es uno de esos personajes que seguramente inspirarían una novela. Fue militar, minero, escritor, político y comerciante. Participó en la Guerra del Pacífico, en la Revolución Federal, y fue parte del Estado Mayor de Kundt. Le llamaban "el loco" por su carácter, un apodo que luego adoptaría su hijo Arturo en su obra cumbre. No tengo dudas de que su carácter y personalidad multifacética influyeron profundamente en sus hijos y descendientes. Entre ellos, su primogénito Arturo Borda, quien fue pintor y escritor, y junto con Héctor promovió uno de los primeros sindicatos en Bolivia, organizando a los trabajadores ferroviarios. Ese ethos quedó profundamente marcado en la familia.
José Borda también crió a mi abuelo Luis Alarcón Borda (nacido en 1915), ya que el padre de mi abuelo dejó Bolivia en la década de 1920 por motivos políticos y nunca regresó. En mi abuelo aún pude ver reflejada esa ética laboral y amor por el conocimiento. A sus 70 años, en los 1980s, aprendió a usar una computadora para seguir trabajando, algo extraordinario para la época a su edad.
José Borda parece un personaje más propio de la mitología familiar, casi una fábula más que una figura real. Para evitar caer en esa idealización, voy a transcribir dos artículos sobre él. El primero fue publicado en el periódico La Calle el 5 de junio de 1937. El segundo arículo es anterior, lo encontré en El Diario en 2011; es una reedición de un artículo de 1928 y parece una versión más amplia del artículo de 1937.
El artículo de 1937 (textual):
"La Calle, Sábado 5 de junio de 1937
UNA PÁGINA INÉDITA DE LUIS S. CRESPO SOBRE UNO DE LOS HÉROES DEL ALTO DE LA ALIANZA
El Coronel Don José Borda cumple hoy 80 años de vida
Descendiente de familia respetable, don José Borda nació en la ciudad de La Paz, el 5 de junio de 1857. Desde muy joven José reveló una precocidad extraordinaria, demostrando singulares aptitudes para el cultivo de las bellas letras, para la promoción de atrevidas empresas y para la fundación y sostenimiento de sociedades y centros artísticos, científicos y literarios.
De palabra fácil y persuasiva, de verba cálida y enérgica, sarcástica e irónica, con una risa volteriana, José Borda fue por muchos años el hijo mimado de la juventud de La Paz, en cuyo seno gozó de grandes simpatías, popularidad y prestigio.
Por su espíritu inquieto, fogoso y audaz, sus íntimos cariñosamente lo llamaban el “loco”, aunque no demostraba serlo, sino cuando en determinadas ocasiones quería imponer su voluntad arrogante e imperiosa.
Borda fue el más entusiasta cultor de la fiesta patria del 16 de Julio. Este aniversario empezó a celebrarse en 1874, y Borda hizo el papel de Murillo en el drama histórico "Los Lanza" de Reyes Ortiz, función a la que concurrió el personal del gobierno , presidido por el Dr. Frías.
Cuando estalló la guerra con Chile, Borda fue uno de los primeros en alistarse como riflero en el “Regimiento Murillo”, formado por la juventud de La Paz. En aquella misma época, dirigía el Instituto Libre, establecimiento de educación, a donde acudían a instruirse muchos jóvenes distinguidos de la ciudad.
Las atenciones a este plantel no le permitían a Borda marchar con su regimiento al teatro de la guerra; pero pidió licencia por pocos días, hasta arreglar asuntos urgentes del colegio. Terminados éstos a principios de mayo de 1879, estuvo listo para viajar a Tacna, donde estaba el ejército boliviano.
Acompañado de Saturnino Moreno y de seis soldados del Batallón Colorados, que se habían rezagado por enfermos, don José Borda salió de La Paz, a pie y marchó a la ciudad de Tacna. Andando de seis a ocho leguas al día, soportando con resignación todas las fatigas de un largo y penoso camino, cargando en las espaldas su equipaje y ropa, los viajeros salvaron en pocos días el trayecto que media entre La Paz y la cordillera occidental y el 14 de mayo estuvieron al pie del famoso Tacora.
Alojado en el tambo de Guailillas, Borda saludó el Pacífico con las siguientes frases: "Salud cuna de vapores bolivianos. Mañana una escuadra boliviana surcará por tus aguas, ostentando orgullosa la bandera nacional que gentil y gallarda se desplegará al ímpetu de tus fuertes aquilones o ya acariciada por las mansas brisas del mar, haciendo ver a las naciones que el boliviano valiente hace flamear su bandera o ella le sirve de mortaja - Guailillas, 14 de mayo de 1879 - José Borda."
El 16 de mayo llegó Borda a la ciudad de Tacna. Después del cambio político del 27 de diciembre de 1879, el nuevo jefe del ejército boliviano, concedió licencia indefinida a muchos jóvenes pertenecientes al Regimiento Murillo, en consideración, decía, a que esos jóvenes hacían falta a la Patria, prestándole sus servicios en otro género de actividades, tanto o más importantes que defendiéndola con las armas en la mano.
Borda volvió a La Paz, y efectivamente, desde entonces se dedicó a su servicio con más ahínco que antes, figurando como profesor, como diputado, militar y escritor, y dejando en todas partes huellas de su actividad y de su patriotismo. Hoy lo vemos caminar por las calles de La Paz, con habitual actividad.
Borda, que ascendió hasta el grado militar de teniente coronel, hace años que ha colgado la espada y arrinconado los códigos, y e ha dedicado al negocio de las letras de cambio, de las acciones mineras, y de los bonos de Estado, para procurarse una situación tranquila y descansada en los últimos años de su existencia.
Luis S. Crespo
Además de los datos que el historiador paceño (Crespo) consigna, es de tomar en cuenta que el Coronel Borda, doctor en derecho y ciencias políticas obtuvo licencia indefinida con el grado de Teniente 2do el 24 de abril de 1884, una vez firmada la tregua entre los Gobiernos de Bolivia y Chile, por decreto que firma el coronel Campero. Con motivo de la revolución Federal, volvió al servicio, hasta obtener el grado de Teniente Coronel. Durante la Guerra del Chaco, fue adscrito al tribunal militar.
En pleno uso de sus facultades, el coronel Borda es un entusiasta de nuestro diario, el mismo que cumple con felicitarlo el 80 aniversario de su laboriosa existencia."
El segundo artículo lo encontré re-editado en El Diario, en 2011 (no tengo copia fotográfica), parece que fue publicado cuando José Borda tenía 71 años, es decir en 1928, la primera parte es igual, pero en la segunda hay algunas diferencias en el texto, que lo hacen más interesante. Marco en azul las diferencias.
"El Día Histórico - 23 de mayo de 1879
Un desafío al Presidente de Chile
Luis. S. Crespo
José Borda, muy popular entre los círculos sociales e intelectuales de La Paz, después de emprender un viaje a pie a la campaña contra Chile, propuso un combate singular y personal entre él y el Presidente de Chile, para definir la guerra.
¿Quién era don José Borda?
Descendiente de familia respetable, don José Borda nació en la ciudad de La Paz, el 5 de junio de 1857. Desde muy joven José reveló una precocidad extraordinaria, demostrando singulares aptitudes para el cultivo de las bellas letras, para la promoción de atrevidas empresas y para la fundación y sostenimiento de sociedades y centros artísticos, científicos y literarios.
De palabra fácil y persuasiva, de verba cálida y enérgica, sarcástica e irónica, con una risa volteriana, José Borda fue por muchos años el hijo mimado de la juventud de La Paz, en cuyo seno gozó de grandes simpatías, popularidad y prestigio. Por su espíritu inquieto, fogoso y audaz, sus íntimos cariñosamente lo llamaban el “loco”, aunque no demostraba serlo, sino cuando en determinadas ocasiones quería imponer su voluntad arrogante e imperiosa.
Borda fue el más entusiasta cultor de la fiesta patria del 16 de Julio, y a su iniciativa se debió que este aniversario empezase a celebrarse por primera vez en 1876. Un discurso patriótico “pronunciado en la procesión cívica del 16 de julio de 1877, le atrajo las simpatías del presidente Hilarión Daza, quien llegó a profesarle marcada estimación, dispensándole su amistad y privanza.
Cuando estalló la guerra con Chile, Borda fue uno de los primeros en alistarse como riflero en el “Regimiento Murillo”, formado por la juventud selecta de La Paz. En aquella misma época, dirigía el Liceo Bolívar, establecimiento de educación, a donde acudían a instruirse muchos jóvenes distinguidos de la ciudad. Las atenciones a este plantel no le permitían a Borda marchar con su regimiento al teatro de la guerra; pero pidió licencia por pocos días, hasta arreglar asuntos urgentes del colegio. Terminados éstos a principios de mayo de 1879, estuvo listo para viajar a Tacna, donde estaba el ejército boliviano.
Borda marcha a pie al teatro de la guerra
Acompañado de Saturnino Moreno y de seis soldados del Batallón Colorados, que se habían rezagado por enfermos, don José Borda salió de La Paz, a pie y marchó a la ciudad de Tacna. Andando de seis a ocho leguas al día, soportando con resignación todas las fatigas de un largo y penoso camino, cargando en las espaldas su equipaje y ropa, los viajeros salvaron en pocos días el trayecto que media entre La Paz y la cordillera occidental y el 14 de mayo estuvieron al pie del famoso Tacora.
El saludo al Tacora y al Pacífico
Alojado en el tambo de Gailillas, Borda envió su saludo al Tacora con las siguientes frases escritas con lápiz:
“Salud antropófago Tacora.- Salud bandido de la cordillera. Asesináis al débil que encuentra su sepulcro en tus plantas; y el fuerte audaz bolla el polvo de tu suelo bajo la suela de su zapato. Oh! Tacora; tú sois como el chileno, fuerte para el débil y débil para el fuerte. Al pie del Tacora, el día 14 de mayo 1879.- José Borda”.
Su saludo al Pacífico lo expresó así:
“Salud océano Pacífico. Salud futura tumba de las naves chilenas. Los chilenos encontrarán su sepulcro en el estómago de los tiburones. Salud cuna de vapores bolivianos. Mañana una escuadra boliviana surcará por tus aguas, ostentando orgullosa la bandera nacional, que gentil y gallarda se desplegará al ímpetu de fuertes aquilones o ya acariciada por las mansas brisas de la mar, haciendo ver a las naciones que el boliviano valiente hace flamear su bandera, o ella le sirve de mortaja.- Guailillas, 14 de mayo de 1873.- José Borda”.
La llegada a Tacna y la visita al general Daza
El 16 de mayo llegó Borda a la ciudad de Tacna. El mismo día visitó al capitán general del ejército boliviano, don Hilarión Daza, quien lo recibió con muestras de verdadera satisfacción y lo felicitó por la audaz travesía que había hecho viniendo desde La Paz a pie.
Borda le dirigió entonces la siguiente alocución:
“Mi General: He venido atravesando ochenta y tantas leguas a pie, a pie he atravesado esos arenales, esos caminos pedregosos y la rama occidental de la real cordillera de los Andes, expuesto por dos veces a dejar de existir con el sorojchi. He venido haciendo los mayores sacrificios, proporcionándome recursos para mi marcha aun con la venta de mis diccionarios.
He venido, señor, para ver sí con el sacrificio de mi existencia que quiero inmolarla en aras de la Patria, como holocausto a la independencia de mi nación, y a ver si con mi muerte puedo salvar miles de hombres del sepulcro y millones de familia de la orfandad. Mi corazón es más sensible que audaz, al ver que las madres, hijas y esposas de los valientes que componen al ejército restaurador de la integridad nacional, se deshacen en lágrimas en Sucre, Cochabamba y La Paz. y en fin, toda la república del Perú y Bolivia”.
Borda propone un desafío a Aníbal Pinto, presidente de Chile o a Fierro, ministro de relaciones exteriores.
“Vengo, mi General, para que desafíe Ud. a ese señor Pinto, o Fierro, para que en combate parcial se batan conmigo, y si esos dos pícaros que han expuesto a Bolivia y el Perú a los horrores de la guerra, y sí esos dos cobardes, por puro miedo, no admiten, que presenten de parte de su nación más que sea el más bandido de los criminales que tienen en sus panópticos, no desdeñaré batirme con uno de ellos; pues la diferencia será poca, de batirse con un ladrón de hombre, o con un ladrón de naciones.
Hago este sacrificio, mi General, a pesar de que repruebo el duelo y me hallo incapaz de derramar sangre humana. Si no se admite esta mi propuesta, los valientes del ejército boliviano sabrán en los campos de batalla recoger los laureles de la victoria y la palma de la paz, para tejer una guirnalda y obsequiarla a los héroes de la actual campaña”.
Su salutación al Regimiento Murillo
“Ciudadanos libres, republicanos independientes, hoy vengo a engrosar vuestras filas. Tengo la esperanza de que en el campo de batalla arrebataremos un estandarte chileno, o a lo menos tomemos un chileno prisionero para obsequiarlo a nuestras futuras esposas para que les sirvan de criado.
Tacna, mayo 16 de 1879. José Borda”.
Borda volvió del teatro de la guerra
A pesar de sus deseos de combatir Borda se vio precisado a volver a Bolivia a principios de 1880. Después del cambio político del 27 de diciembre de 1879, el nuevo jefe del ejército boliviano, coronel Eliodoro Camacho, concedió licencia final o temporal a muchos jóvenes pertenecientes al Regimiento Murillo, en consideración, decía, a que esos jóvenes hacían falta a la Patria, prestándole sus servicios en otro género de actividades, tanto o más importantes que defendiéndola con las armas en la mano.
Borda volvió a La Paz, y efectivamente, desde entonces se dedicó a su servicio con más ahínco que antes, figurando como profesor, como diputado, militar y escritor, y dejando en todas partes huellas de su actividad y de su patriotismo.
¿Quién no conoce a José Borda?
Hoy, al hombre que quiso batirse con el presidente Pinto o el chileno más bandido, para decidir, en duelo personal, la Guerra del Pacífico, lo vemos caminar por las calles de La Paz con su habitual actividad, pero ya un tanto encorvado, no tanto por el peso de la edad, pues un hombre de 71 años no es todavía un anciano, cuanto por lo decepcionado que vive tal vez por la ingratitud de la Patria, que ni lo considera como a veterano del Pacífico, cuando muchos otros que han vuelto de Tacna, como Borda, sin combatir, gozan de este título y de las preeminencias inherentes.
Borda, que ascendió hasta el grado militar de teniente coronel, hace años que ha colgado la espada y arrinconado los códigos y se ha dedicado al negocio de las letras de cambio, de las acciones-mineras y de los bonos del Estado, para procurarse una situación tranquila y desahogada en los últimos años de su existencia."
La foto a los 80 años
La foto de José Borda a los 80 años la tenemos en la familia, seguramente regaló varias entre sus hijos y nietos. La dedicación de la que tenemos dice: "para mi queridísimo nieto Luis Amed Alarcón Borda". El reverso dice: "fotografía del Teniente Coronel Doctor José Borda, tomada el día 5 de junio de 1937, día en que cumplió ochenta años de edad. La Paz, 5 de junio de 1937".
