Las historias familiares, y la historia humana, están llenas de mitos. Siempre, es parte de lo que nos hace humanos. Pequeñas verdades que embellecemos, que van creciendo, y luego cambian, mutan, se transforman, y después de algunas generaciones se vuelven verdades absolutas, parte del acervo familiar.
En mi caso, parte de mi "investigación", si así le puedo llamar, fue ir separando el mito familiar de la historia familiar. Al final apliqué lo que se aplica en cacho, solo se anota lo que se ve. Y solo vale, lo que puedo corroborar, con una o más fuentes, libros, actas. Un mito no se valida con otro mito. Y hasta que no pueda verificarlo, sigue siendo mito.
Sí, los mitos están y estarán ahí, y muchas veces son una indicación de alguna verdad, me dicen dónde buscar. Pero otros los he desbancado ya. Los he desinflado, y convertido en lo que son, una verdad embellecida y engrandecida, una linda historia.
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